Un nuevo ciclo: el origen, el fuego y el camino de Atanor

Nacimos en una cochera. Como muchos emprendimientos que marcan época, comenzamos en un espacio pequeño, pero cargado de sentido. Un lugar donde lo esencial estaba presente: el deseo profundo de transformar vidas desde el contacto humano real.

Allí, un grupo de amigos, terapeutas y buscadores encendió la chispa que dio vida a Atanor. No fue solo una escuela ni solo una idea: fue un llamado. Nos reunía una visión compartida. Queríamos ofrecer herramientas profundas, sensibles, con raíces en lo ancestral y lo científico, lo emocional y lo simbólico. Queríamos contribuir a sanar el mundo, empezando por nosotros mismos.

El fuego alquímico

Como el horno alquímico que nos da nombre, Atanor es un espacio de transformación. Aquí se encuentran el rigor profesional y la sensibilidad humana; la ciencia y la intuición; lo académico y lo vivencial; lo contemporáneo y lo ancestral.

Desde el inicio, entendimos que formar no era solo transmitir conocimiento, sino crear experiencias que tocan la vida, que despiertan memorias, que ordenan lo interno y habilitan nuevas formas de ser. Así nacieron nuestros programas, pensados como verdaderos viajes transformadores.

Cerramos un ciclo, abrimos otro

Hoy, luego de años de recorrido, elegimos honrar lo vivido y abrir un nuevo capítulo. Inspirados por la Gestalt Viva (no como formación académica, sino como una forma de estar en el mundo), y guiados por las enseñanzas del Dr. Claudio Naranjo, maestro de varios de nuestros directores, este nuevo ciclo nos encuentra más presentes, más encarnados, más fieles a lo esencial.

Nos mueve la conciencia, el cuerpo, la comunidad. Y nos mueve también la belleza: esa que nace del cuidado, de la coherencia y del compromiso real con cada persona que se acerca a formarse con nosotros.

Nuestra propuesta hoy

Mantenemos nuestras formaciones en Biodescodificación, PNL, Hipnosis Ericksoniana, Psicogenealogía, y otras disciplinas que integran cuerpo, mente y alma como un todo coherente.

Y a la vez, nos movemos hacia nuevas propuestas académicas, que integren saberes, territorios y experiencias, con el mismo espíritu de siempre: formar desde el contacto real, la profundidad y el cuidado.

Desde Uruguay hacia el mundo

Seguimos creciendo como una comunidad viva, en red, en expansión. Acompañamos procesos reales. Acompañamos personas.

Atanor es más que una formación. Es un destino compartido.

Gracias por caminar con nosotros.