NEGOCIACIÓN Arte y equilibrio que mejora las relaciones - Federico Ramos y Helena Solari
Una educación emocional es un gran deuda y a la vez un gran desafío para muchos de nosotros que no la recibimos de niños y ahora, de adultos vamos tras la idea de cambiar y hacer ese aporte que logre en quienes nos siguen en las generaciones y en los caminos de la vida , otro abanico de oportunidades de dónde elegir, por ejemplo, un estilo de negociador.
Habitualmente no estamos acostumbrados a pensar en los procesos de negociación o mediación como instancias que pueden resultar positivas y enriquecedoras para todas las partes, en general lo sentimos limitados a situaciones con ganadores y perdedores.
Así sin más, palabras que nos clasifican, que nos dividen, nos etiquetan y sumemos por qué no, a esos personajes que nos impulsaron desde pequeños y sin saber muy bien por qué a ir tras ese título: ser un ganador, ser el ganador.
Ahora bien les proponemos pensar juntos un instante:
¿El término ganador es siempre un aliciente? ¿Para todos por igual?
¿El ganar o evitar perder hace a un desarrollo saludable y ecológico de la relación con nosotros y los otros?
¿Siempre que hay un perdedor hay necesariamente un ganador?
El mero hecho de tomar consciencia de que viviremos eterna e indefectiblemente negociando con nosotros mismos antes que con los demás, ya es un motivo más que válido para trabajar en buscar alternativas más disfrutables y potenciadoras que sentir y pensar en términos de ganador y perdedor.
La negociación se da constantemente tanto en nuestra vida personal como laboral, se basa en la comunicación y es un proceso similar en su estructura, independientemente de contextos y protagonistas.
Conocernos y reconocer al otro como persona y no como contrincante es un arte, la PNL generativa abre un mundo de posibilidades a esos efectos y nos permite mejorar este proceso tan cotidiano como imprescindible y nos invita a crear nuevos modelos de negociar, más efectivos, más equilibrados y fundamentalmente más humanos.
Centro Atanor quiere recordarte que ninguna terapia complementaria es o será sustituto del o los tratamientos médicos y/o de cualquier profesional de la salud, que recibas. Allí radica el significado del término complementario.